lunes, 21 de marzo de 2016

LIDERES (2) CUANDO TU MAYOR FRACASO SE CONVIERTE EN TU MAYOR ÉXITO

A poca gente le sonará el nombre de Donald Keough, a pesar de haber sido uno de los directivos más importantes del mundo y de ser un ejecutivo que dejó huella, y además en una de las marcas más representativas del planeta lo que lo convirtió en una referencia en el mundo corporativo.
Keough, que murió en febrero del año pasado a los 88 años, lideró Coca-Cola en los ochenta durante el momento más cruento de la guerra que ésta libraba con Pepsi por el mercado de refrescos.
Fue un gran VENDEDOR y COMUNICADOR pero  perpetró uno de los mayores fracasos de la historia del marketing.
En 1964 Coca-Cola compró cafés Ducan donde Keough era vicepresidente y responsable de las campañas de promoción. En 1967 ya ocupaba en Coca-Cola los mismos cargos en la División de Alimentación. El ascenso siguió imparable. En 1973 ya ocupaba un despacho en la sede de Atlanta como vicepresidente de todo el negocio de Coca-Cola en Estados Unidos , su principal  mercado, y en el 76 ya controlaba el negocio en toda América. Esa fue la antesala al cargo de Presidente y Director de operaciones globales de Coca-Cola.
En realidad, Keough siempre formó tandem con Robert Goizueta, nombrado Consejero Delegado cuando él llegó a la Presidencia del Grupo. Formaban un dúo perfecto porque mientras Goizueta prefería el control y cuadre de los números, Keough en el rol de embajador y primer comercial del Grupo Coca-Cola, se dedicaba a viajar por las plantas embotelladoras del mundo y atender a los grandes clientes como McDonald's. Juntos doblaron los ingresos de Coca-Cola a pesar de protagonizar unos los peores capítulos en la historia de la compañía.
 Keough llevaba tres años como Presidente cuando en 1985 presentó la "New Coke". En plena guerra con Pepsi y tras concienzudos  y costosos estudios de mercado, de encuestas a clientes, de catas ciegas y de planes de marketing habían llegado a la conclusión de saber por donde iban los gustos de los consumidores y que la solución era una nueva fórmula, más dulce, que desplazaría a su rival. Ese producto, lanzado al mercado con todos los recursos de publicidad de la compañía, era "New Coke", hasta se cambiaba la grafía histórica de la marca. Todo era nuevo.
 Fue un desastre, un auténtico fiasco, y en pocas semanas las ventas de la compañía y el valor de sus acciones bajaron tanto que incluso llevó a Fidel Castro a augurar el cercano final del imperio USA.
Donald Keough cogió el toro por los cuernos, recurrió a sus dotes de comunicador y convocó una histórica rueda de prensa en la que pidió disculpas, reconoció el error y dejó claro que la Coca-Cola clásica era patrimonio del consumidor y que, a partir de ese momento, se recuperaba la fórmula original.
Las ventas se impulsaron de tal manera que no solo se recuperó lo perdido sino que se incrementó la distancia original con Pepsi.
El éxito fue tan mayúsculo que muchos sospecharon que todo había sido una estrategia de ventas. "La verdad es que no somos tan idiotas, pero tampoco tan listos" respondió Keough en una entrevista en televisión. 
De hecho hasta el año 2009 las etiquetas de Coca-Cola llevaron el marchamo de "Classic"
Tas una carrera completa en que también ocupó cargos de responsabilidad en Heinz, McDonald's, Columbia Pictures y en Brakshire Hataway, grupo de inversiones del magnate Warren Buffet, escribió el libro The Ten Commandments for Business Failure, (Los Diez Mandamientos para el fracaso de un negocio)  con prólogo del mismo Warren Buffet donde señalaba que él no conocía la fórmula del éxito pero sí la del fracaso y que él había incurrido en el cuarto: Creerse infalible
Y ésta es la historia de como un gran comercial, ejecutivo y comunicador consiguió, tras tomar una decisión que fue un fracaso que podría haber hundido una gran compañía, consiguió el mayor éxito de su carrera.

lunes, 14 de marzo de 2016

LÍDERES ESPARTANOS: INGVAR KAMPRAD

Ingvar Kamprad  es un sueco que el próximo día 30 cumplirá 90 años que viste ropa de segunda mano adquirida en mercadillos, conduce un Volvo matriculado en 1993 y cuando compra en un supermercado compra la leche y los yogures que están a punto de caducar para evitar que el supermercado los tire a la basura, se lleva de los restaurantes los sobres de sal, pimienta y azúcar y siempre escribe en folios escritos en una cara.

Sería un caso anónimo sino fuera porque Kamprad tiene en la cuenta corriente una fortuna de 64.000 millones de euros, gracias a la empresa que fundó en 1943: IKEA

Esta extraña forma de actuar para el resto de los mortales no es una avaricia congénita, se trata de su filosofía de vida ecológica y sostenible. La televisión sueca está preparando un documental sobre su vida donde desvelan estos detalles. La vida de un hombre que empezó vendiendo cerillas y que terminó creando la primera marca de Suecia y una de las principales del mundo.

Viaja siempre en clase turista y usa el transporte público. Una vez, en Viena, unos guardas de seguridad le impidieron la entrada a una importante entrega de premios ¡ y él era el principal galardonado!.

Hasta hace tres años vivía en Suiza, en Lausanne, pero tras enviudar en el 2011 regresó a su pueblo natal cerca de Älmuth, sede central de la empresa (de allí la A de IKEA, las dos primeras letras son sus iniciales y la E es la inicial de la granja donde nació y creció). Aunque hace ya 30 años que dejó la dirección de la empresa en manos de sus hijos sigue paseando por el pueblo de 9.000 habitantes que dependen directa o indirectamente de la empresa que creó.




En IKEA siempre impuso los siguientes principios:

  1. Hay que ser consciente de los costes. Somos gente generosa, pero no por ello hay que pagar más de lo necesario
  2. Malgastar recursos es un pecado mortal y uno de los mayores males de la humanidad
Entre las sombras del personaje es su pertenencia hasta principios de los 50 a un grupo pro-nazi sueco. Más tarde, Kamprad se arrepintió de ello considerándolo "su mayor error en la vida" y pidió perdón por escrito a todos los empleados judíos de IKEA.

Algunas de sus frases que han quedado escritas son las siguientes:


 - Solo aquellos que están dormidos no cometen errores. Cometer errores es el privilegio de los activos. Son siempre las personas mediocres las que son negativas, que se pasan el tiempo demostrando que no estaban equivocadas.
-El tiempo es tu recurso más importante.Puedes hacer tanto en diez minutos. Diez minutos, una vez pasados, se fueron para siempre. Diez minutos no son solo una sexta parte de una hora. Divide tu vida en unidades de diez minutos y desperdicia las mínimas posibles en actividades sin sentido.
-Podría viajar regularmente en primera clase, pero tener mucho dinero no parece un buen motivo para despilfarrarlo. ¿Por qué elegir la primera clase? ¿Para que la azafata me regale una copa de champán? Si me ayudara a llegar más rápido a mi destino, entonces tal vez.
- La simplicidad y el sentido común deberían ser la base de la planificación y la dirección estratégica. Si existe el buen liderazgo, consiste en dar ejemplo. Lo tengo que hacer para todos los empleados de IKEA.
-La mayoría de las cosas están por hacer. El sentimiento de haber acabado algo es un somnífero muy potente. Una persona que se jubila pensando que ha hecho su parte enseguida se marchita. Una empresa que siente que ha alcanzado sus objetivos se estanca rápidamente y pierde su vitalidad.




lunes, 7 de marzo de 2016

OBSOLESCENCIA PROGRAMADA

Según Wikipedia, "OBSOLESCENCIA PROGRAMADA" es la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto, de modo que, tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto, este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible. Parece ser que a principios de la década de los 20 en Estados Unidos, y ante la masiva industrialización los fabricantes de bombillas eléctricas se plantearon que, una vez electrificado todo el país se quedarían sin mercado. En 1911 una bombilla eléctrica se certificaba para una duración de más de 2.500 horas y 100 años después, antes de la embestida de la iluminación LED, era de menos de la mitad. En 1928 una revista de publicidad indicaba en un artículo que " un artículo que no se estropea es una tragedia para los negocios"
Es famosa la bombilla instalada en 1901 en un cuartel de bomberos de Livermore en California que lleva encendida durante la 24 horas del día desde su instalación y que solo estuvo apagada durante media hora cuando fué trasladado el cuartel de bomberos, aunque hoy ilumine con apenas 4 W de potencia. Hoy la bombilla tiene una webcam dedicada, una página web e incluso una página en Facebook.
Después de ser investigada la famosa bombilla fabricada a mano por Shelby Electrical Company tiene un filamento de carbono ocho veces más grueso que los que se fabrican en la actualidad y que su interior está al vacío, a diferencia de las actuales que se rellenan con un gas noble. El filamento de carbono es semiconductor, por lo que, al calentarse se vuelve más conductor y los filamentos posteriores, de wolframio ya eran conductores. Hay que reseñar que, a principios del Siglo XX, las compañías eléctricas se ocupaban de, además del suministro de energía, dotar de instalaciones y complementos para fomentar el consumo eléctrico. Por lo tanto, las instalaciones y los productos habían de ser duraderos para que el suministro (servicio) fuera rentable.
La obsolescencia programada es una realidad no reconocida especialmente en el mundo electrónico y eléctrico. Hay que vender y en mercados maduros no hay otra forma que la continua sustitución. Yo mismo tuve una lavadora marca Zanussi que, tras 26 años, con la chapa corroída y funcionando con un ruido que parecía la carga de la brigada ligera, fue sustituida, a mi pesar, por cuestiones de eficacia energética. La nueva, alemana, clasificación energética clase A y con programas que, menos planchar, hacían de todo se estropeó a los 4 años justos de estar en casa. La "placa madre", auténtico celebro del armatoste, había fenecido. Su sustitución con la consabida mano de obra equivalía a un 65% del coste del equipo original. Solución...pagar 50 € al técnico por el desplazamiento y el diagnóstico y comprar otra con menos sofisticaciones ahorrando dinero respecto a la reparación presupuestada de la "maravilla" germana. Total, si te ha de durar 4 años...
Y no hablemos del mundo informático y de los teléfonos móviles, aquí no hay que programar ninguna obsolescencia. El "software" avanza a tal velocidad que provoca la sustitución continua del "hardware". ¿Cuantos ordenadores con un funcionamiento correcto hemos tirado o llevado al "punto verde" en nuestra vida?. ¿Cuantos televisores de tubo catódico en pleno funcionamiento han sido sustituidos por pantalla de plasma o de LED, que ahora son sustituidos por televisores de pantalla curva o "Smartv"? Recientemente la App "WhatsApp" ha anunciado que en varios modelos y marcas de teléfonos móviles, entre ellos las, muy usadas en empresas, Blackberry, serán incompatibles con dicha App  . Con 1000 millones de usuarios, provocarán un cambio de marca masivo a los usuarios de esos modelos o marcas.
Donde la obsolescencia programada tiene su "nicho de mercado" es en el mercado de consumo, que es el que más dinero mueve. En el mercado industrial su efecto es mucho menor. La maquinaria solo se sustituye para aumentar la productividad y, la mayoría de las veces, la maquinaria antigua acaba en el mercado de segunda mano.
CONSECUENCIAS
La peor consecuencia no es que los usuarios debamos rascarnos el bolsillo continuamente. Hay componentes en aquellos equipos de los que nos deshacemos que se reciclan pero la mayor parte de los componentes ni se reciclan ni son biodegradables. Estamos, entre todos y especialmente en Europa y Estados Unidos, creando enormes basureros "tecnológicos" (Tiramos 50 millones de toneladas al año de este tipo de basura). ¿Donde? Hoy en África, especialmente en Ghana y en Nigeria. En Agbogloshie, un barrio de Accra en Ghana está el mayor vertedero electrónico del mundo. Son vertidos no inertes a pesar de lo que muchos puedan pensar, pues hay grandes cantidades de plomo, cadmio, ftalatos DEMP y DBP y dioxinas cloradas. Dado que en Ghana no hay una  gran legislación sobre gestión de residuos, si es que la hay, muchos niños manipulan estos restos para buscar cobre y otros metales encendiendo fogatas al aire libre y produciendo grandes humaredas cargadas de gases tóxicos



Estados Unidos permite la exportación de residuos de este tipo. La Agencia de Medio Ambiente de la UE no, pero no importa, los residuos viajan en contenedores con el epígrafe de "Objetos de 2ª mano" ya que eso si es legal.
Para saber más sobre el tema de la Obsolescencia Programada recomiendo el magnífico documental "COMPRAR, TIRAR, COMPRAR". Adjunto el link
http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental-comprar-tirar-comprar/1382261
Hay iniciativas que pretenden luchar contra la obsolescencia programada como el sello ISSOP. Esperemos que tengan éxito.
http:hipertextual.com/2016/03/issop-obsolescencia-programada